En Sevilla, ya lo saben ustedes, queridos indígenas, algunos presumen de contar el tiempo hacia atrás. Pueden verlo en los almanaques piadosos de los calendarios cofrades, en las pizarras que el Ayuntamiento enseña, con una fascinación a la que todavía no hemos podido encontrarle una explicación razonable, el día que se coloca el primer tubo de la portada de la Feria -ese día- y, en general, cada vez que uno de nuestros dilectos costumbristas tiene a bien pronunciar un (mal) pregón, proferir una loa en favor del dogma concepcionista o marcarse una meditación trascendente ante alguna de sus figuras titulares, ante las que se ponen no sólo intensos, sino estupendos. Ellos llaman a esta brasa la teología según Sevilla.
La Noria del miércoles en elmundo.es
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