Tras salir indemnes y enteros de nuestra fiera y desigual batalla con el (delicioso) colectivo de los interinos de Educación, que creen que para Andalucía es mejor que ellos sigan educando a los niños a perpetuidad en lugar de seleccionar –mediante una santa oposición– a los mejores maestros posibles, tornamos la mirada hacia los muros de la patria demediada y nos encontramos con el exconsejero de Empleo, el jerezano Antonio Fernández, culpando en el juicio de los ERE a los funcionarios y a su subordinado, el gran líder Guerrero, de haber establecido (debemos suponer que por su cuenta) el reparto del fondo de reptiles que cobraban los invertebrados amigos de la causa socialista en la Marisma. Un espectáculo extraordinario que (casi) nos deja sin palabras.
Las Crónicas Indígenas del sábado en El Mundo.
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