Si hay un lugar común en la literatura de cordel sevillana -nos referimos a aquella que aún se escribe en los papeles- es el que insiste (todos los años) en esa perdición estilística, pero también moral, que es costumbrismo indígena. El fenómeno puede describirse de la siguiente manera: unos cuñaos, cual sabios de la Academia de la Atenas que no somos, saludan todas las primaveras la llegada de la semana de los farolillos con la teoría de que el real de Los Remedios es el escenario de un sueño idealizado merced al cual los sevillanos (todos) jugamos al juego de las mentiras de abril y celebramos nuestra forma de vivir la vida.
La Noria del miércoles en elmundo.es
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