Carissimo e coraggioso consigliere:
Le escribimos la presente, que rubricamos arriba, con la efigie de nuestra egregia figura, como obligan las doctas reglas del columnismo (impertinente). Después de oírle -con los ojos, igual que Quevedo cuando dialogaba con los escritores del pretérito a través de los libros- sostener que el Quirinale desea -y en realidad exige- que la gestión de los fondos europeos se haga en régimen de «cogobernanza». En favor de las autonomías y los ayuntamientos y en un porcentaje (debemos suponer que mínimo) «del 55%». Asombro. Sorpresa. No damos crédito. Entre otras razones, porque no queremos que V.M. se lo gaste en escabeche. Vaya por delante que nuestro desengaño es una tragedia: su mito como GrandeTesoriere del cambio (sin cambio), al menos para los heraldos, había alcanzado (casi) el prestigio de las estatuas de sevillanos ilustres que adornan una de las alas nobles del Palazzo di San Telmo.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
Deja una respuesta