No hay día en que el Reverendísimo, con su cara de yo no he sido, deje de actuar como cabeza de la oposición in fieri que ya debería estar haciendo Mr. Botafumeiro Feijóo. Es cierto que el congreso triunfal de los conservadores indígenas, cuyo andalucismo no va más allá de los coros rocieros y las rumbitas, aún no ha tenido lugar en la Muy (des)Leal y Muy (In)Noble, pero desde antiguo se sabe que a las misas uno debe ir bien confesado y cuando todo ha sido previamente consumado. El generalato no convoca una votación porque crea en la democracia (de las bases). Lo hace para que la democracia refrende sus deseos. No es lo mismo, claro. Il Presidentino, al que hay que reconocerle cintura, preludia así el guión de la guerra en la que estamos inmersos: el Quirinalelanzando misiles electorales y el Ungido Espadas papando las moscas de la Marisma. Lo del Sáhara, además, ha venido a complicar las cosas: ¿cómo van a ceder las siniestras los votos (menguantes) de sus tres candidaturas al embajador de un César que traiciona a las familias de Tinduf?
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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