Que la realidad imita al arte, como escribió Oscar Wilde, y no al revés, no cabe duda. Que Moreno Bonilla emula al PSOE (histórico) en Andalucía, tras sacarlo hace ahora casi cuatro años del poder, tampoco. En política está inventado todo. Cualquier creación, por otra parte, especialmente si no es original, como es el caso, comienza con la mímesis (aristotélica). El presidente de la Junta de Andalucía probablemente se preguntase nada más llegar al Palacio de San Telmo en 2018 cómo había sido posible que la gran autonomía del Sur hubiera estado 36 años dominada por la hegemonía socialista. A continuación formuló su duda más íntima: ¿cuánto va a durar esto? ¿La carambola del 2D es estable o será un evento pasajero? La pregunta tenía ribetes metafísicos. Al no dar con una respuesta simple y unívoca –la alternancia, que no el cambio en Andalucía, se debió a una confluencia de factores muy dispares– decidió averiguarlo a través de la práctica. Desde entonces, el líder del PP en el Sur, que últimamente proyecta con intensidad su imagen extramuros, no ha hecho sino calcar el modelo simbólico y de dominio del PSOE, con levísimas variaciones, aceptando así el coste de instalarse en una soberbia contradicción: pregonar un cambio sin cambio.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
Deja una respuesta