Hay foto, una necesidad imperiosa (forzada por las circunstancias) y un desacuerdo de fondo sobre el cabeza de lista, además de la ausencia de una bendición expresa de Yolanda Díaz, la ministra de la escucha activa, pero una parte de las izquierdas andaluzas, constelación de marcas minoritarias y enfrentadas entre sí, intentan avivar de nuevo el fuego de una segunda confluencia en vísperas de las elecciones en el Sur de España. La primera, ensayada en 2018, fue Adelante Andalucía, ahora en manos de Teresa Rodríguez, ajena a este nuevo proceso. El acuerdo que han publicitado esta semana, sin embargo, parece estar tan verde como la bandera de la autonomía meridional: Podemos, IU, los errejonistas de Andaluces, levantaos, Equo y los herederos (minúsculos) del andalucismo sólo han acordado hacer camino al andar, aunque todavía no saben su punto de destino. Los socialistas, huérfanos de sondeos favorables desde hace más de tres años, celebraron el anuncio de los partidos situados a su siniestra con un entusiasmo y una celeridad que revelaban su crisis de identidad y, horas después, enfriaban los errejonistas, al precisar que todavía no existe un acuerdo, sino sólo una aproximación. Un día más tarde esta coalición recién creada (minoría de minorías) se dividía internamente en dos bandos a cuenta de si concurrir a las elecciones vestidos de rojo y morado o en verde.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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