La ley del péndulo, además de un fenómeno físico, es la nota característica de la política cotidiana. La irrupción definitiva del populismo en las instituciones españolas, que nunca fueron ajenas a los extremismos porque España ha sido a lo largo de su historia un país profundamente desigual, un rasgo cultural que siempre nos ha alejado de Europa, se cierra con la extensión del dogmatismo por los cuatro puntos cardinales. Al delirio creciente de los separatistas, que desde Cataluña siguen tensionando la vida pública y condicionando las mayorías parlamentarias, se añade el ascenso de Vox, una organización ultraconservadora, desde Andalucía, donde el populismo socialista que en su día bautizamos con gran éxito de crítica y público como peronismo rociero va a ser sustituido en semanas por una derecha múltiple que parece huir de la senda liberal para adentrarse en el peligroso terreno de las esencias identitarias más tradicionales: toros, patria y familia.
Los Aguafuertes del lunes en Crónica Global.
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