Los nuevos, que poco a poco van dejando de ser nuevos, llevan seis meses (con sus días y sus noches) estirando una cometa con dos caras. Una es negra; la otra, de colores. Por un lado dicen (como hacían antes de llegar al poder) que la administración paralela en la Marisma era un dispendio y una colmena de enchufados del PSOE con la que era necesario acabar por el bien de todos; por el otro nos cuentan (cada vez con más intensidad) que reformar la Junta es muy complicado jurídicamente, que sale muy caro y así, hinchando el perro, concluyen que es una tarea imposible cambiar lo que se han encontrado al llegar al Quirinale. Ya. Se atribuye a Aristóteles una frase que dice que el hombre es esclavo de sus palabras y señor de sus silencios. El gobierno andaluz debería aplicársela, porque ni callaban antes (en la oposición) ni callan ahora (en el poder). Viven en una permanente contradicción en términos que unos días da risa y otros lástima, que es lo peor que puede dar un gobernante.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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