Que la vida es una noria, cosa que venimos escribiendo desde hace casi treinta años, es tan evidente como que la política indígena es un inefable espectáculo (rociero). No hay día sin sorpresa, aunque la superestructura -que dirían los viejos marxistas- sea siempre la misma. Por ejemplo: en Canal Sur, otrora la suya, ahora en proceso (relativo) de convertirse en la nuestra, una semana tenemos al Reverendísimo y al Adelantado, y otra a Su Peronísima, lo que implica que pronto veremos a la Violeta y a los ultramontanos de Vox. ¿Pluralidad? Más bien representatividad parlamentaria. La RTVA, dominada por los políticos, no va a dejar de ser institucional. No cabe esperar ruptura, sino reforma interna. Aunque hay que reconocer que, dados los vicios sectarios de antaño, parece casi un milagro oír a un periodista (de verdad) preguntarle a la Querida expresidenta (reducta) por «las lecciones de la derrota».
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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