Decía Quevedo, partidario del escepticismo ante la justicia, que el mayor despeñadero de un individuo es la confianza. Un patrimonio escasísimo y de filiación voluble. En una crisis de credibilidad se encuentra desde hace semanas la juez que instruye la mayor parte de las causas abiertas por corrupción política que afectan a los gobiernos socialistas en Andalucía. María Ángeles Núñez Bolaños, sustituta de Mercedes Alaya, primera instructora de los ERE, ha cogido una generosa e indefinida baja laboral después de que los seis fiscales anticorrupción de Sevilla la hayan acusado ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de dilatar la instrucción de varios sumarios judiciales –cuyos delitos corren el riesgo de prescribir– y archivar causas sin ordenar investigaciones indiciarias.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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