Se trata de una ley física aplicable al ámbito político: una estructura dura más si en vez de ser estanca se muestra permeable. La forma más antigua de resistencia consiste en dejar pasar el agua en lugar de retenerla. La historia lo confirma: los círculos de poder endogámicos, aquellos que no permiten la renovación o toleran mal la apertura al exterior, sólo tienen dos opciones: prevalecer sobre los demás o derrumbarse. No hay más. Es la misma encrucijada en la que se encuentra Susana Díaz, que lleva toda la campaña electoral replicando el argumento de que una alianza total o parcial entre los partidos de la oposición en esta última legislatura “bloqueará” las instituciones autonómicas.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia
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