Interior día. 2018. Ortega Smith, uno de los boinas verdes de Vox, asiste a la investidura de Mr. Concordia (Moreno Bonilla) desde la tribuna del público del Parlamento de Andalucía. Nada más entrar se aproxima a los representantes del Ejército y la Policía: “Buenos días. ¿Trabajando por España?”. Los ultramontanos hacían honor a su propia caricatura. La escena se prestaba a la ironía, aunque para Vox significara una ofensa, como ocurre cuando no se tolera el humor (ajeno). El populismo conservador había logrado 395.978 votantes (10%) y accedía por vez primera a una cámara legislativa. En tres años y medio, ha cambiado dos veces de embajador –su antiguo líder en el Sur está siendo investigado judicialmente por un presunto fraude con subvenciones– y ha ensanchado su espacio electoral. Ha dejado atrás su arquetipo, gana capilaridad y transversalidad social. Ahora persigue su internacionalización.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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