Lo escribió Rubén Blades, nuestro shakespeare latino, en una canción llamada Plástico: «Recuerda: se ven las caras/nunca el corazón». Debajo de las afables sonrisas del prójimo se esconden a veces intenciones aviesas. Especialmente en política. Los elogios mutuos entre Bendodo, el consejero múltiple del Reverendísimo Bonilla, y el Adelantado Marín, líder cósmico, muestran una sintonía que, en caso de que fuera cierta, no debería ser enunciada sin descanso. Se percibiría sola. Sin embargo, ambos próceres llevan semanas contando a los cuatro vientos el buen rollo que los vincula, como si en lugar de ser de partidos distintos, que además compiten entre sí, fueran hijos de una misma madre; en este caso, la Junta.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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