Las apariencias engañan. Siempre. Probablemente ustedes, queridos indígenas, habrán visto esta semana a Su Peronísima posando en el photocall de San Telmo (Palacio). Es la última ocurrencia de su mando mayor para intentar mejorar una imagen política -la suya- que comienza a mostrar claros síntomas de agotamiento. La Reina de la Marisma necesita captar urgentemente más protagonismo en una sociedad hastiada de este teatrillo absurdo de la autonomía. Y la fórmula que ha encontrado su sanedrín particular para intentarlo es una suerte de remake: otra ronda de visitas imperiales de los empresarios y los banqueros del Ibex 35 a la corte del absolutismo meridional.
Las apariencias engañan
Las Crónicas Indígenas del sábado en El Mundo.
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