Los milagros, en política, no existen. Los sustituye la propaganda que, como dejó escrito Juan Benet, “al vender su producto a voces mata el silencio de su (hipotética) calidad”. Las cosas trascendentes conviene hacerlas más que fingirlas. No existe mejor promoción que los hechos. Si se analiza el devenir político del presidente de Andalucía desde su llegada al poder en 2018 hasta esta semana, en la que ha presentado los presupuestos autonómicos cuyo bloqueo provocó el adelanto electoral, la conclusión que se obtiene es que la derecha de la gran autonomía del Sur no ha dejado de inflar el globo de las apariencias mientras ejecuta una agenda política conservadora, que disimula apelando a un cambio puramente nominal. El gatopardismo, inmortalizado por Lampedusa, es una constante meridional, donde la cultura adopta la forma de un arabesco: una imagen compleja con un fondo extremadamente simple. El arte del engaño en su formulación más sublime.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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