La alegoría de las diez plagas de Egipto, relatada con toda la potencia de la arcaica retórica bíblica en el libro del Éxodo, puede interpretarse como un duelo frontal entre el poder divino –representado por Yahvé– y el terrestre, ejercido por el Faraón. Entre ambos, como sucede en el mundo de los negocios, aparecen los intermediarios: Moisés y Aarón, hermanos y caudillos de las tribus hebreas, cuya frustración provoca calamidades encadenadas al pueblo egipcio porque su monarca se niega a dejar marchar a los judíos. En la fábula del Antiguo Testamento, un canto sobre la liberación de los oprimidos, ganan los débiles y sufren los poderosos. En Andalucía sucede justamente lo contrario: agosto, recién clausurado, ha sido un mes aciago para los más humildes, principales víctimas de la desatención de los servicios públicos.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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