El 26-M va a ser una travesía incierta para las derechas que gobiernan Andalucía. No parece peligrar el rumbo del avión –la coalición entre PP y Cs que necesita el apoyo parlamentario de Vox para perdurar en el tiempo–, pero resulta indudable que, tras el cierre del agotador ciclo electoral que culminará este domingo, se producirán turbulencias cuya virulencia dependerá de los resultados locales. Hasta ahora, cumplidos ya seis meses desde el 2-D, los dos socios que comparten el palacio de San Telmo han logrado salvaguardar la estabilidad institucional, aunque el coste haya sido dilatar la reforma de la Junta de Andalucía, que sigue pendiente pese a algunas decisiones puntuales adoptadas para simular que se han producido cambios estructurales cuando han sido meramente nominativos.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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