El escritor Mark Twain, maestro de la ironía, tiene una frase célebre: “Existen tres clases de mentiras: la mentira, la maldita mentira y las estadísticas”. Estamos de acuerdo, pero añadiríamos una variante más a la lista: la victimización interesada, que trastoca el equilibrio de la lógica y la razón en favor de una sentimentalidad miserable. ¿Les parece una afirmación dura? Tómense una tila. Alguien tiene que decir las cosas. Tras la sentencia de los ERE, que ha destruido cualquier residuo de dignidad que pudiera quedar en los dominios del peronismo rociero –ese socialismo según la Marisma–, las huestes (no precisamente famélicas) de la Iglesia de Su Peronísima (en sus últimos días) han iniciado los trabajos para la canonización súbita de los condenados por la Justicia, aunque de unos (Chaves y Griñán) más que de otros (los diecisiete condenados restantes). No creen en la igualdad ni entre ellos.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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