En política la pérdida del poder siempre es causa de discordia. Si además éste es absoluto suele provocar una tempestad que degenera en naufragio con víctimas mortales. En la nueva guerra por el mando en el seno del PSOE andaluz, expulsado del gobierno autonómico tras casi cuarenta años de hegemonía, es evidente que la organización vive en el ojo de una tormenta casi perfecta, pero todavía no es fácil precisar quiénes van a ser los lanzados por la borda –al mar infinito– por el inminente oleaje electoral. Probablemente porque los dos grandes bandos, que a su vez se subdividen en distintas familias y estirpes menores –el socialismo andaluz es una infinita sucesión de tribus, todas ellas belicosas–, cuentan con cartas suficientes para salir perjudicados en el nuevo pulso interno que ha abierto en canal al partido en el Sur en vísperas de las elecciones generales del 28A.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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