Moreno Bonilla no quiere ni oír hablar de una coalición con Vox, pero no hay día en que no la mencione (para desmentirla). Ausencia in praesentia. La hipótesis, igual que el cuervo del poema de Poe, sobrevuela el campo de batalla en Andalucía, cuya carrera electoral acaba de superar su ecuador con un inequívoco aire ritual. Repetir las cosas –como la visita a la vaca Fadie– ayuda al inquilino (volante) de San Telmo a disfrutar de cierta apariencia de seguridad cuando menos claras son las certezas. La ola de calor de junio es la gran adversaria de todos los candidatos. Los electores de izquierdas están desmotivados; los de derechas tienen casas en la playa. ¿Riesgos? Que a los colegios electorales sólo vayan los devotos del macarenazo. Lady Patria (Olona) se hace fotos con los abanicos de nuestras abuelas y evoca –en las redes– la falsa estampa en blanco y negro –el tiempo es amarillo, dejó escrito Fernán Gómez– de Andalucía en la década de los años cuarenta: coplas, sensiblería, misas y moños. Ofrece pulseritas a los niños –“coge la de España, mi vida”– y proclama que hay que “acabar con todo lo que no redunde en beneficio de los andaluces”.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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