El gran Enrique Jardiel Poncela, cima de nuestra mejor literatura humorística y antónimo del costumbrismo de la gracia, tan celebrado en la Marisma por quienes creen vivir todavía en la posguerra de su infancia, dejó escrita en Eloísa está debajo del almendro la mayor concatenación de refranes dentro de una misma frase. Reza así: «Y como no hay que olvidar que de fuera vendrá quien de casa te echará, yo me dije, digo: ‘Hasta aquí hemos llegao; se acabó lo que se daba; tanto va el cántaro a la fuente, que se rompe; ca uno en su casa y Dios en la de tos; y al mal tiempo buena cara, y pa luego es tarde, reirá mejor el que ría el último». ¿Qué pretendía el dramaturgo con este parlamento? Hacernos reír -no hay consuelo mayor ante las desgracias- y, de paso, demostrar que el español cuenta con refranes para casi todo, incluidas las contradicciones.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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