Nuestra señora de los infinitos dominios presupuestarios, la dueña de los predios fecundos que han dado fama en el orbe a Andalucía, la Reina de la Marisma, vive días felices entre aceitunas y berries, que son las frutas del bosque de toda la vida, aunque los empresarios de Huelva ahora usen este nombre para denominar a las bayas. Por supuesto, Ella está encantada. Las bayas son deliciosas y los hombres de negocios le demandan, con una sequía en ciernes, que invierta el dinero (de todos) en infraestructuras para poder nutrir con el agua (común) sus explotaciones (privadas). Argumento: la fresa crea mucho empleo and all this stuff.
Las Crónicas Indígenas del sábado en El Mundo.
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