Jorge Luis Borges escribió, entre otras muchas frases milagrosas, una que afirma que «para estar libre de un error conviene antes haberlo profesado». Nos parece exacta para describir el bucle melancólico en el que están inmersas desde hace medio año las supuestas izquierdas indígenas, esa alianza imposible entre los últimos restos del PSOE (el susanatodestronado) y Podemos + IU, enrolados en la marca Adelante Andalucía, cuya principal característica es que no hace honor ni a su propio nombre. Las peleas de familia, es sabido, son una de las formas de guerra más crueles que existen. Los susánidas y los rojomorados no se llevan desde el día en que Su Peronísima (reducta) rompió su lejanísimo pacto de gobierno. O mejor dicho: se llevan (literalmente) a matar. Y, sin embargo, desde la caída de Troya no hacen sino coincidir (por separado) en el mismo mensaje: la Marisma es rehén de la ultraderecha gracias a las cesiones del Reverendísimo Bonilla y el Adelantado Marín.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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