El Reverendísimo, al que no sabemos si la Absolutísima o el calor (tan duradero) parecían haberle dejado un poco mustio, empieza a construir su hegemonía con la seguridad que otorga el hecho, indudable, de que durante los próximos quattro anni no tiene nada que temer ni a su derecha (Vox) ni a su izquierda (PSOE + Confluencias Imposibles) y, por tanto, ancha es la legislatura. La composición de su nuevo gabinete causó una pobre impresión –demasiados fontaneros y profesionales de la adulación– y los primeros compases de la legislatura hacían presagiar que el poder, una vez conseguido, le provocaba melancolía. Era necesario dar un bocinazo: lo necesita Feijóo(para llegar a la Moncloa) y el PP indígena, que se plantea las municipales en la Marisma como una segunda vuelta (supuestamente triunfal) del 19J.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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