Que la vida es una noria uno lo empieza a comprender, como dice el verso de Gil de Biedma, más tarde, cuando la rueda de la Fortuna –la gran metáfora de Boecio, filósofo y mártir de la Roma tardía– te sitúa en el suelo y, en un instante, te lanza súbitamente hacia el cielo. Y al revés. Juan Manuel Moreno Bonilla (Barcelona, 1970), un hijo de emigrantes andaluces en Catalunya que, tras trabajar en la Hispano-Olivetti y la Seat, retornaron a Málaga, forma parte de la historia política de la gran autonomía del Sur no tanto por su condición de presidente de la Junta, ejercida los tres últimos años y medio, ni por ser el primer dirigente conservador –él se define como “moderado” y un devoto suarista– que gobierna Andalucía desde 1982. El primero es un privilegio compartido con sus antecesores; el segundo, un azar del destino.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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