Suenan (de nuevo) los tambores de guerra en el seno del PSOE indígena, que se prepara para unas primarias sangrientas y el inevitable congreso, donde se dirimirá el futuro del partido que ha gobernado la Marisma cuarenta años de forma absolutista y todavía no es capaz de asumir la realidad electoral: nunca volverá al poder si no se renueva y tiende puentes a su izquierda. El obstáculo para que ambos procesos, que deberían ser naturales, se consumen es el mismo: Su Peronísima (reducta). Tras asumir (con dolor) que su única opción para sobrevivir (a sí misma) era rebajarse e ir a besar, como en el Vaticano, el anillo de Sánchez I, el Insomne, insiste en que debe seguir y plantará resistencia a sus rivales. Dice que tiene “todas las ganas del mundo”. Lo que está por ver es si cuenta votos suficientes –no los tuvo cuando decidió disputar la jefatura de Ferraz– y mecanismos, mayormente clientelares, para sostenerse en un puesto cuyo poder es muy relativo sin un sustento institucional.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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