Fue en Torremolinos. Como en las viejas películas de Ízaro Films. La Reina de la Marisma proclamó ante los históricos próceres de la autonomía –sólo Escuredo y Borbolla; Chaves y Griñán aguardan el juicio de los ERE–, que el nacionalismo (de los demás) es incompatible con el socialismo susánida. “Los nacionalistas levantan fronteras; los socialistas, las eliminamos; los nacionalistas buscan privilegios, nosotros defendemos la igualdad”. Por supuesto, hubo aplausos. Es de suponer que espontáneos, aunque sabiendo que los peronistas rocieros son una legión que se nutre del presupuesto común es lícito albergar ciertas dudas. Su Peronísima hizo acto seguido algo inaudito: animó “a la izquierda andaluza” a proteger “el corazón de la región” y reivindicar un 4D que el PSOE jamás ha querido conmemorar.
Las Crónicas Indígenas del sábado en El Mundo.
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