La primavera llega a la República Indígena con 15.100 parados más. Una estadística (negra) que nos acerca, de nuevo, a la línea psicológica del millón de desempleados. Una cuarta parte de los andaluces -esos animales mitológicos, según la Junta- no pueden vivir de su propio esfuerzo laboral porque nadie quiere contratarlos. Sólo nos superan las dos plazas africanas -Ceuta y Melilla- y Extremadura, cuya bandera apenas tiene una barra de color diferente a la nuestra. Que haya gente peor no es consuelo: el 43% de los ciudadanos de la Marisma viven de rentas que no generan. Pueden llamarlo solidaridad intergeneracional o asistencia social, pero señala el grado de autonomía real de Andalucía mucho mejor que el Estatuto.
Parados ‘full’, estabilidad proverbial
Las Crónicas Indígenas del sábado en El Mundo.
Deja una respuesta