El origen de las lenguas, en contra de lo que sostienen quienes equiparan la identidad con la forma de hablar, es un misterio cultural. Como ocurre con todos los arcanos, la ignorancia lo convierte en un terreno abonado para las teorías. Básicamente son de dos tipos: divinas o evolucionistas. Algo similar sucede con las interpretaciones electorales: hay quienes creen que un descalabro en las urnas es como un castigo de Dios –las victorias, ya lo sabemos, tienen infinidad de padres– y luego están aquellos que lo explican en función de hechos objetivos, como la conducta. La extrapolación permite una libertad inmensa: uno puede coger los resultados del 14F en Cataluña y proyectarlos –sin más– en Andalucía, que es la autonomía a la que, según el ciclo natural, le correspondería votar a finales de 2022.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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