Es una máxima infalible. Igual que la ley de la gravedad: en un regimen peronista, marcado por el culto al líder supremo, de naturaleza absolutista, hecho a imagen y semejanza de los jefes mesiánicos, no hay más responsable de todo lo que ocurre que aquel que se encuentra en la cúspide. Por eso los sistemas de poder absolutos sólo tienen dos caminos: o prevalecer sobre los demás o derrumbarse sobre sí mismos. A los socialistas andaluces este 2D les ha pasado lo segundo: ante la falta de capacidad para imponerse electoralmente -los 33 diputados son insuficientes para casi todo- han perdido la fortaleza de San Telmo tras casi cuatro décadas de posesión patrimonial.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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