Lo diremos en términos coloquiales: la bajona entre los susánidas es notable. Podríamos decir más: es mayúscula. La guerra de las apariencias, en la que Su Peronísima confiaba, se ha saldado en su contra. En esto hay unanimidad. El militante Sánchez, con sus 53.692 avales, puede convertirse en Macron si gana o, si pierde, crear una alternativa al aparato. La mera posibilidad de que esto suceda ha destrozado el optimismo de los partidarios del susanato, que temen -en el Mediodía y extramuros- que su apuesta en favor de la Reina (de la Marisma) termine costándoles el cargo, el coche oficial, el iphone y la familia. ¡Oh, pavor!
Las Crónicas Indígenas del sábado en El Mundo.
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