La Reina de la Marisma aún anda deshojando la margarita del adelanto electoral, cuya sanción depende de que a sus asesores áulicos no se les atragante el café que toman por las tardes en el Coliseo y de lo que dicten los sondeos a la vuelta del veranillo. Será que sí. No hay duda. Mayormente, por una paradoja: la llegada a la Moncloa de Sánchez, El resucitado, puede beneficiar las expectativas electorales de los socialistas indígenas, a los que hace unos meses las encuestas no les daban demasiada tranquilidad. No es que la cosa haya mejorado, pero no está peor. Eso ya es bastante, piensan en el Quirinale.
Las Crónicas Indígenas del sábado en El Mundo.
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