Lo escribimos en las vísperas patrióticas del día de la Santa Autonomía: la gran diferencia entre la Junta de los susánidas, que no dejan de soñar, como el tango, con volver, volver y volver, y la que ahora comandan -de comanda: léase en su acepción hostelera, que viene del francés commande– las derechas unidas es que los primeros abrevaban (a nuestra costa) en el Manguita de Chiclana y los del cambio que no es cambio, sino escabeche, frecuentan Casa Bigotes de Sanlúcar de Barrameda, donde ayer el equipo del Reverendísimo Bonilla celebró un consejo de gobierno ex-tra-or-di-na-rio precedido de una cena de confraternización -por lo visto era necesaria- en el templo gastronómico del Bajo de Guía, allí donde el Guadalquivir muere en el Atlántico y las aves silvestres de Doñana alzan el vuelo en busca del horizonte.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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