La batalla del 28M en Sevilla capital puede resumirse en el dilema entre susto o muerte. Tanto los socialistas, cuyo candidato (Antonio Muñoz) lleva ejerciendo como alcalde accidental desde principios de 2022, seis meses después de que Juan Espadas ganase las primarias y se viera obligado a abandonar la Alcaldía, como el aspirante del PP, José Luis Sanz, un cabeza de lista no elegido –aunque asumido– por Moreno Bonilla, pueden encontrarse con cualquiera de las dos caras (ambivalentes) de una moneda electoral que se presenta más incierta que nunca. Nadie confía en las encuestas. No se esperan mayorías –el poder local va dirimirse en función de las minorías de derechas e izquierdas– y ninguno de los políticos que lideran los carteles cuenta con un grado notable de conocimiento. Puede suceder cualquier cosa. Toda una paradoja: Sevilla es una de las plazas más simbólicas del 28M, pero los partidos presentan candidatos –que son o actúan como principiantes– elegidos casi por descarte. Sin convicción.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.