• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
carlosmarmol.es

carlosmarmol.es

Periodismo Indie

  • Inicio
  • Biografía
  • Periodismo
    • El Correo de Andalucía
    • Diario de Sevilla
    • El Mundo
    • Crónica Global
    • La Vanguardia
  • Literatura
    • Libros
    • Revistas
  • Filología
    • La retórica del prosaísmo
    • Academia
  • Dirección Editorial
    • Letra Global
    • Revista de Occidente
    • Orpheus
    • Geographica
  • Bitácoras
    • Disidencias
    • Cuadernos del Sur
    • Los Aguafuertes
    • Las Tribunas
    • Crónicas Indígenas
    • La Noria
    • Cuadernos Apátridas
  • Contacto
  • Show Search
Hide Search

Literatura

Julio Llamazares: un viaje (sin vuelo) a la memoria geográfica de los muertos

carlosmarmol · 14 noviembre, 2025 ·

Si la vida es como un viaje, el arte de la memoria, que es el que todos, en mayor o menor grado, practicamos a medida que vamos cumpliendo años, gastando los días e incendiando las madrugadas, consiste en recordar nuestro trayecto una vez que éste ya ha sucedido y dejando de lado los desvíos del camino principal. La existencia carece de exordio pero se asemeja bastante a una divagación, aunque el tiempo, antes de aniquilarnos, nos permita el privilegio de escribir nuestra propia novela, que es la que –sin duda– nos sobrevivirá porque quienes saben nuestras digresiones y particulares traiciones también serán presos del olvido.  Para algunos –los individuos notables– el resumen de una vida se comprime en las escuetas frases de su biografía. Estirpe, hazañas, hijos, hechos. Otros, con menos fortuna, como les sucede a los poetas menores, se convierten en una simple nota al pie en una bibliografía. Aún más son los que ni siquiera disfrutan de estos minúsculos honores, quienes pasan por este mundo sin dejar excesivo recuerdo, salvo entre los cercanos. 

Las Disidencias en Letra Global.

Enrique Murillo y la rueda de la fortuna de la edición

carlosmarmol · 8 noviembre, 2025 ·

La vida es como una noria. Primero estás abajo. Después asciendes. A continuación –si el artefacto cumple la función para la que fue creado– alcanzas la cima, que puede reducirse a un instante pasajero o durar un poco más de tiempo. De repente, sin más lógica que la costumbre, bajas sin remedio. Esta ceremonia de altibajos puede ser eterna –hasta que el destino decida que tu viaje debe culminar– o limitarse a un simple segundo. Depende. Grosso modo, por decirlo en latín, este itinerario es el habitual de cualquier persona, ya se trate de un rey o de la experiencia de un mendigo. No sólo la muerte nos iguala. También lo hace la fortuna, aunque sea con una cadencia que da la (falsa) impresión de que su timón nos obedece. De un modo bastante similar podía resumirse la trayectoria profesional de Enrique Murillo (Barcelona, 1944), periodista, traductor y editor, que acaba de publicar –con gran éxito de crítica, el interés del público y cierto asombro (hipócrita) dentro de los mentideros del libro– unas espléndidas memorias, bien escritas y mejor concebidas, extensas y frondosas, donde relata bastante más cosas que su humilde biografía. Cuenta, como nunca nadie había hecho antes, los arcanos del mundo editorial, que continúa siendo la primera industria cultural de España y (todavía, aunque en inevitable retroceso) uno de los más sólidos puentes de influencia entre la Península Ibérica y los países de la antigua América española. 

Las Disidencias en The Objective.

Benítez Reyes y el reino de las fantasmagorías

carlosmarmol · 7 noviembre, 2025 ·

“Hace poco más de un mes murió mi madre. El cálculo del dolor nunca es exacto: lo imaginé menor. Nos toca desmontar su casa. ¿Hay algo más incomprensible que una casa ajena? Durante años fue también mi casa, la casa familiar, cuando éramos otros, los despreocupados con respecto a tantas cosas, incluido el futuro, pero hoy es un cúmulo de enseres que apenas mantienen relación entre sí (…) ¿Qué se hace con todo eso?”. Felipe Benítez Reyes (1960) sitúa este monólogo –atribuido a un personaje, Miguel Rancés Olivares, del que hablan sus familiares y conocidos, narradores fragmentarios de su estela después de muerto– en su última invención, La gente (Fundación Lara), con la que regresa al territorio de la novela un lustro después de La conspiración de los conspiranoicos (Renacimiento) y nueve años más tarde de El azar o viceversa (Destino)– pero no a la ficción, ya que en este tiempo reunió sus relatos íntegros en Los abracadabras (Renacimiento), incluyendo la última entrega –Por regiones fingidas– y reeditó La propiedad del paraíso (El Paseo), su cuarta obra narrativa. El autor gaditano no deja de escribir desde su feliz retiro (ma non troppo) en su pueblo, Rota, pero lo hace a su ritmo, con el buen gusto de siempre y con esa cadencia serena de quienes todavía conciben la literatura como un oficio de (señores) artesanos. 

Las Disidencias en Letra Global.

España y la interminable posguerra de la hambruna

carlosmarmol · 1 noviembre, 2025 ·

En esta vida (casi) todo se compra y se vende, incluida la muerte (ajena). En la espiral, a menudo interesada, de la memoria histórica, que algunos rebautizaron en su momento como democrática en un indudable alarde de soberbia –porque la realidad de los hechos no cambia de signo porque una supuesta mayoría pretenda impugnarla en función de sus deseos políticos–, existe un capítulo que extrañamente, o quizás no tanto, ha quedado relegado a un papel secundario y lateral, casi se diría que tenebrosamente decorativo. Se trata de la gran hambruna que sucedió a la Guerra Civil, cuyos muertos –más de 200.000 personas, si se cuentan los fallecidos por inanición y los enfermos por malnutrición– no fueron fusilados junto a las tapias de los cementerios ni reposan en cunetas y fosas colectivas. Son los muertos más silenciosos. Las víctimas de los horrendos años del hambre, que marcaron la infancia y la existencia de varias generaciones de españoles y cuya huella todavía persiste –aunque descontextualizada– en ciertos hábitos y costumbres familiares.

Las Disidencias en The Objective.

Enrique Murillo y las bambalinas del teatro editorial

carlosmarmol · 31 octubre, 2025 ·

Rubén Darío escribió hace algo más de un siglo, en un poema de Cantos de vida y esperanza (1905), que en literatura ser sincero equivale a ser potente. Existen sin embargo tantas formas posibles de sinceridad como variantes de la literatura. Se puede ser sincero inventando –en eso consiste el arte de la ficción–, dejando caer una media verdad –inexacta y terrible– o mediante una inteligente sucesión (encadenada) de sugerencias. También simulando una elocuente y falsa objetividad o alterando –en función de las simpatías y las antipatías personales– el contexto exacto de las cosas. Enrique Murillo (1944), periodista y editor barcelonés, ha elegido hacerlo en sus sabrosas memorias –Personaje secundario (Trama Editorial)– de forma rotunda y diríamos que inteligentemente menesterosa. Explícita y, al mismo tiempo, humilde. Por eso su estupendo libro –538 páginas llenas de vivencias, secretos, hazañas y fracasos– va a quedar como uno de los más valientes que se han publicado en los últimos años, además de perdurar en el tiempo como un útil vademécum para distinguir –por decirlo al modo de Machado (Antonio)– las voces de los ecos de la industria del libro, que todavía, incluso inmersos por completo en el desconcertante presente digital,  es la gran clave de bóveda de la cultura en español. 

Las Disidencias en Letra Global.

  • « Ir a la página anterior
  • Ir a la página 1
  • Ir a la página 2
  • Ir a la página 3
  • Ir a la página 4
  • Páginas intermedias omitidas …
  • Ir a la página 133
  • Ir a la página siguiente »

carlosmarmol.es

Copyright © 2025

Linkedin | Medium | Academia | Twitter

Soundcloud | Pinterest | Youtube

Ilustraciones: Daniel Rosell