• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
carlosmarmol.es

carlosmarmol.es

Periodismo Indie

  • Inicio
  • Biografía
  • Periodismo
    • El Correo de Andalucía
    • Diario de Sevilla
    • El Mundo
    • Crónica Global
    • La Vanguardia
  • Literatura
    • Libros
    • Revistas
  • Filología
    • La retórica del prosaísmo
    • Academia
  • Dirección Editorial
    • Letra Global
    • Revista de Occidente
    • Orpheus
    • Geographica
  • Bitácoras
    • Disidencias
    • Cuadernos del Sur
    • Los Aguafuertes
    • Las Tribunas
    • Crónicas Indígenas
    • La Noria
    • Cuadernos Apátridas
  • Contacto
  • Show Search
Hide Search

Política

Virginia Pérez, lealtad variable

carlosmarmol · 26 marzo, 2021 · Deja un comentario

En la política indígena no hay outsiders. Hay envidiosos. Todos los que aspiran a pintar algo en ella se mueven por la ambición de ser parte de un sistema que no quieren tanto cambiar como desean encabezar. Tampoco existe la fidelidad a personas e ideas. La norma general es el interés (fenicio) y el relativismo moral. Todos estos ingredientes están presentes en la carrera pública de Virginia Pérez Galindo (Sevilla, 1979), presidenta electa del PP de Sevilla en contra de los deseos del ReverendísimoBonilla y laureada en el último congreso de la organización con tantos votos como irregularidades, ninguna de ellas inocente. Hija de un policía y de una cocinera, Pérez Galindo se crió en Barcelona hasta que su familia se instaló en San José de La Rinconada un año después de la Exposición Universal. Estudió la carrera recurrente entre los benjamines que se afilian a Nuevas Generaciones -Derecho-, y no tardó en presentarse a la alcaldía de su pueblo, con escaso éxito, para apuntarse después a las listas municipales de Gines. Para entonces ya había decidido hacer de la política su oficio, su beneficio -como diputada cobra 3.791,83 euros- y su familia (está casada con Eloy Tarno, concejal en Lora del Río y, antes, secretario general del partido).

El Bestiarium en El Mundo.

El Quirinale contra Génova

carlosmarmol · 26 marzo, 2021 · Deja un comentario

Muchos ciudadanos piensan que el optimismo es una virtud saludable en política, pero puede tener consecuencias catastróficas. El escritor inglés G.K. Chesterton, que practicó como nadie la inteligencia paradójica, sostenía que un optimista cree mucho en los demás, mientras que un pesimista únicamente confía en sí mismo. Nadie diría que Juan Manuel Moreno Bonilla, el presidente de Andalucía desde hace dos años, el único no socialista en la historia de la gran autonomía del Sur, presta excesiva atención a los malos augurios. Entre otras cosas, porque su carrera política personal se debe a una extraordinaria carambola de la suerte. Cuando en diciembre de 2018 entró en el Quirinale de San Telmo, sede de la Presidencia,  gracias al pacto de las tres derechas –que van camino de convertirse únicamente en dos– lo hizo merced a una inaudita constelación planetaria, una suerte de eclipse que hizo coincidir en el tiempo el desgaste del PSOE, acelerado tras el lustro crepuscular que significó la ‘era susánida’, la irrupción de Vox en las instituciones y la decisión de Cs, que sostuvo a Susana Díaz en su última legislatura, antes de la caída de Troya, de cambiar de socio político.

Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.

El retrato en la galería

carlosmarmol · 23 marzo, 2021 · Deja un comentario

El poder político, que entre otros atributos reside en la facultad (otorgada) de administrar el dinero ajeno, aquel que tiene otro dueño y se recauda por la fuerza -de las armas o de la ley-, disfruta, sobre todo en sus comienzos, de los privilegios asociados al dominio. Son muchos, pero pueden resumirse en uno: todo el mundo se acercará a ti en busca de algún beneficio. Este ritual se prolonga en función del tiempo que dure tu ascendente. Y, como sucede en la vida, se nos presenta camuflado tras máscaras sociales: elogios, celebraciones y cantos. Todos, por supuesto, falsos. El principal rasgo de alguien con poder es que nunca está solo, del mismo modo que quien carece de dicha condición acostumbra a tener pocos amigos. Mandar es una forma de ficción, por muy real que parezca. De ahí que la inteligencia de un gobernante consista, entre otros talentos, en saber elegir qué batallas conviene librar y cuáles, en lugar de incrementar el poder, lo destruyen.

Las Crónicas Indígenas en El Mundo.

Circo sin pan y desgracias sin gracia

carlosmarmol · 22 marzo, 2021 · Deja un comentario

El filósofo Francis Bacon, padre del empirismo, decía que “resulta muy difícil hacer compatible la política​ con la moral”. Dada su tendencia a mirar las cosas desde una óptica científica, alejada del pensamiento escolástico, cabe suponer que formuló esta idea a partir de la detenida observación de la realidad, maestra de cualquier filosofía digna del tal nombre. En la Inglaterra de su tiempo, a caballo entre los siglos XVI y XVII, el pensador británico no debía encontrar demasiados ejemplos a mano que permitieran armonizar ambas disciplinas. Ni siquiera el suyo. Bacon aspiraba a ejercer el poder cuando Inglaterra desafiaba la hegemonía española y comenzaba a construir su imperio. En ese instante tormentoso de la Historia, hacer política requería solvencia intelectual –una exigencia que en nuestros días se ha esfumado– e, igual que ahora, una moral limitada, alimentada con la intriga, el ejercicio interesado de la deslealtad y la manifestación suprema de la ambición personal. En esto Bacon se parece a Séneca: señor de una doctrina estoica que su autor no solía practicar, pero jamás dejaba de predicar a los demás.

Los Aguafuertes en Crónica Global.

López Hernández y el realismo mágico

carlosmarmol · 19 marzo, 2021 · Deja un comentario

Las instituciones de la República Indígena son ficciones que, igual que las novelas, expresan con portentosa exactitud la realidad. La fábula dice que se trata de organismos democráticos de extracción parlamentaria -el término es pertinente, pues nos cuestan mucho dinero- que ejercen su labor con independencia y en función del interés general. La verdad (verdadera) es que son otra cosa: obscenos abrevaderos de los partidos políticos de la Marisma, que las usan en su propio beneficio y sitúan en sus foros de representación y dirección a sus fieles peones. Pensionadísimos, por supuesto. Es el gran embuste de esta autonomía: nuestros representantes políticos son simples ventrílocuos de sus jefes de escuadra. Todos. Esto es lo que hay.

El Bestiarium en El Mundo.

  • « Ir a la página anterior
  • Ir a la página 1
  • Páginas intermedias omitidas …
  • Ir a la página 140
  • Ir a la página 141
  • Ir a la página 142
  • Ir a la página 143
  • Ir a la página 144
  • Páginas intermedias omitidas …
  • Ir a la página 331
  • Ir a la página siguiente »

carlosmarmol.es

Copyright © 2025

Linkedin | Medium | Academia | Twitter

Soundcloud | Pinterest | Youtube

Ilustraciones: Daniel Rosell