Seis meses después de la caída de Troya –el final de los gobiernos socialistas en Andalucía, que han perdurado durante casi 40 años– todavía hay quien se pregunta si el hundimiento del 2D, última fecha histórica en los anales políticos del Sur, obedeció a un instante coyuntural o fue la expresión de un estado de opinión que perdurará en el tiempo. Esta incógnita es el eje que gobierna en estos momentos el imaginario de la política en Andalucía, aunque lo más probable es no tenga respuesta cierta hasta la próxima noche electoral autonómica, prevista para dentro de tres años y medio. La forma de gestionar esta incertidumbre política, sin embargo, está condicionando por completo las decisiones del tripartito de las derechas (PP-Cs-Vox) y las de una oposición (PSOE y Podemos-IU) más dividida que nunca.
Política
Matar a un hermano
En psicología existe un mito, formulado por Freud en una de esas tardes vienesas de consulta con diván alfombrado y Don Pedro humeantes, que se llama la muerte del padre. A través de esta metáfora se explica el proceso de maduración de todos los individuos: la sustitución del idealismo infantil por las evidencias de la realidad madura, un tránsito que implica aprender a mirar la vulgaridad con afecto o acostumbrarse a odiar a quienes quisiste. En este viaje, cuya meta última es la autonomía personal, se destrona al padre -si éste es sabio te facilita la tarea- en un acto similar al deceso de Dios de Nietzsche. Más perturbador es el fratricidio: la muerte del hermano que comienza siendo tu par y termina como tu antítesis. Alfred Adler decía que el orden de llegada de los hijos a cualquier familia no es neutral: los primogénitos son seres conservadores y autoritarios; los demás, independientes y creativos; los hijos únicos, egocéntricos y dependientes.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
Las cesantías & otras canonjías
El viernes, en la Marisma, fue un día de estadistas. Dícese de los políticos de pueblo que, aunque no pinchen ni corten, se obstinan en dar su opinión –que nadie les ha pedido; y que no interesa ni en su casa– sobre la geopolítica nacional, varada tras el debate de investidura. Hablaron todos: desde Bendodo, que es el hombre con más amigos de la Marisma, al Adelantado Marín, que desde San Roque (Cádiz), donde disfrutaba de un torneo de polo, pedía que volviera “el sentido común” a las Cortes, como si alguna vez éste hubiera estado dentro. Su Peronísima, obsesionada con que le hagan caso, se fue a la tribuna de invitados del Congreso, donde todos la esperaban para conocer sus impresiones sobre el crítico momento por el que pasa el país de il nostro cuore.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
Andalucía, seis meses de escabeche
El balance de los seis primeros meses de gobierno de las derechas en Andalucía podría describirse con la misma brevedad que el famoso relato de Augusto Monterroso: “Cuando despertó, el cambio [en vez del dinosaurio] seguía allí”. Pendiente. Sin llegar. Pospuesto. Sin fecha. Igual que la Penélope de Serrat. El bipartito que forman PP y Cs, cuya mayoría parlamentaria depende de la voluntad cambiante de Vox, cumple medio año de mando sin que pueda decirse que haya modificado sustancialmente la situación de la región, sin que exista un calendario para reformar en profundidad la Junta de Andalucía y sin que los grandes asuntos de la agenda pública permitan percibir un auténtico giro en las políticas autonómicas.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
Autónomos, ‘game over’
Cada vez que se oye a un político -da igual el partido- elogiar a los autónomos, esos animales mitológicos, muere un gatito. El gatito, casi siempre, es el propio autónomo. El bipartito del Reverendísimo Bonilla y el Adelantado Marín, esos dos vigías que guían la travesía triunfal de la República Indígena hacia el infinito (y más allá), llevan seis meses diciendo que los trabajadores por cuenta propia son los niños de sus ojos. Tanto cariño, abruma. En las redes han contratado -con nuestro dinero- una campaña para demostrarlo. En ella se compara su trabajo con un videojuego vintage. Al final muere alguien, por supuesto. No son ellos.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
