En una de sus frases más célebres, referida a la diferencia entre la literatura y la filosofía, Ortega y Gasset, el único pensador español al que nadie le discute tal condición, escribió: “O se hace literatura, o se hace precisión, o se calla uno”. En el Quirinale, donde salta a la vista que nadie ha leído El maestro en el erial, el ensayo de Gregorio Morán, han decidido, en apenas unos días, hacer lo contrario de lo que recomienda este sabio consejo cuyo fin último es evitar que uno haga el ridículo en bucle. Ni hacen literatura (el cielo no les otorgó este sagrado don), ni precisión (basta ver las sublimes dotes didácticas de Aguirre, el consejero simpaticón) ni tampoco se callan (lo cual, en determinadas situaciones, sería de agradecer). No. Dicen una cosa y acto seguido enuncian la contraria. Ellos son así.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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