Andalucía eligió ayer, igual que Roma al cambiar de César, o el Vaticano cuando corresponde designar a un nuevo Pontifex Maximus, un monarca –absolutísimo– cuyo nombre es Moreno Bonilla. Si utilizáramos los términos del poeta Hölderlin, que es quien instaura, antes que Marx, la expresión tomar los cielos por asalto, lo que se ha producido este 19J en el Sur no es sólo la segunda victoria electoral de la derecha, ni la confirmación de que habrá una legislatura futura de cuatro años sin sobresaltos. Lo que han votado los andaluces es un cambio de ciclo en España, acaso el principio del fin del PSOE –sin duda en Andalucía, y a medio plazo quizás en el resto del país– y un freno (en seco) a la posibilidad de que Vox se convierta en un actor esencial en el tablero del poder político. La fórmula Moreno –aggiornamento conservador, autonomismo tibio, la promesa de un cambio (sin reformas)– se ha impuesto a las de sus rivales, pulverizando los registros del PP en Andalucía.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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