El plan de San Telmo era esperar, dilatar, dar tiempo a Cs –para una recuperación que parece imposible– y disolver el Parlamento en Andalucía, el obligado paso previo antes de las urnas, todo lo posible. El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, dejó abiertas las puertas electorales en junio u octubre, pero entonces los comicios regionales de Castilla y León, que se celebrarán este próximo mes de febrero, no estaban aún en el horizonte ni la sexta ola del coronavirus había multiplicado exponencialmente el número de contagios –en general más leves, pero infinitamente más rápidos y alarmantes– hasta colapsar la atención primaria. La sucesión de imprevistos ha trastocado las piezas del tablero político en la gran autonomía del Sur y en el Quirinale de San Telmo lidian con la inquietud propia de una realidad correosa y cambiante. ¿Y si esperar más fuera una mala idea?
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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