Las primarias del PSOE indígena son un evento colosal. A pesar incluso de los bostezos que provocan, cuando repiten con delectación la palabra ilusión, sus tres candidatos, a los que desde aquí bautizamos como el triaparato de San Vicente, porque todos forman parte de la misma nomenclatura de siempre. La muestra es el rotundo arranque de campaña, donde unos (y el otro) han lanzado sus mensajes -sinceros y coherentes- ante una militancia que debe decidir, igual que en la noche de Halloween, entre susto o muerte. Del indulto, no preguntan. Las crónicas relatan que la batalla decisiva ha comenzado con reproches, aunque entre ellos nosotros sólo apreciamos amor (verdadero), compañerismo y un indudable espíritu de unidad. Eso sí: siempre que mande uno y no los otros. Porque la igualdad será un valor (salvo a la hora de perdonar delitos), pero siempre y cuando no cuestione el principio de jerarquía. Eso, no. La guerra de los que perdieron Troya -todos ellos, que siempre han compartido el bando de la oficialidad- es, antes que nada, una cuestión de corona. Todo lo demás es un cuento.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
Deja una respuesta