Del vicepresidente de la Junta, Juan Marín Lozano (Sanlúcar de Barrameda,1962), inquilino suplente del Quirinale, sección despachos espectaculares, se puede decir que cuando llegó a la política no lo conocían -del todo- ni en su pueblo. Mayormente porque en la desembocadura del Guadalquivir, ese enclave sagrado donde comienza la Marisma, el jefe de Cs en la Serenísima República Indígena no es Marín, ni tampoco Juan, sino Juan Antonio. Tener un nombre compuesto no es cosa baladí: quienes son bautizados por sus padres con dos nomi desarrollan muy pronto una suerte de doble personalidad, consecuencia de esta denominación múltiple. Digamos que pueden ser indistintamente una cosa y la contraría. Así, sin esfuerzo. En su caso, no cabe duda. Marín, ahí donde lo ven, parece inofensivo, pero es un espíritu complejo, aunque los que pensemos -somos legión- que por sus venas corre horchata en lugar de sangre.
El Bestiarium en El Mundo.
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