Una de las cualidades -admirables, por supuesto- de los políticos de la República Indígena, nuestros incomprendidos demóstenes, que velan por nuestro bien (siempre después del suyo), es su facilidad de palabra y su proverbial tendencia a lo superlativo. Pueden ustedes apreciarlo en la propaganda publicada: en Andalucía no se hacen operaciones en los hospitales, se «desarrolla una técnica quirúrgica pionera»; no se solucionan los problemas comunes; «se impulsa un plan estratégico»; no se ayuda a los pobres, se «optimizan los recursos asistenciales para la población en riesgo de vulnerabilidad social»; no se talan los árboles, se «apean en función de una diagnosis técnica». Y todo en este plan.
La Noria del miércoles en elmundo.es
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