Por muchos años que pasen, en la Marisma nunca nos libraremos de la condición de colonia para los políticos de Madrid. Esta costumbre se extiende a los andaluces -de nacimiento- que han hecho carrera en lo que el Quirinalellama «el exterior». Es el caso de Arrimadas (Inés), jefa de Lo que queda de Cs tras el batacazo de las generales de hace un año, cuando el niño Rivera se estrelló con todo el equipo después de la foto de Colón, convirtiendo al partido que nació para corregir la España de los nacionalismos en una organización sin rumbo y, al menos en la República indígena, llena de ambiciosos novatos y arribistas que todavía no han descubierto que la política podrá dar dinero, pero no da la felicidad; más bien, la estropea.
El Bestiarium en El Mundo.
Deja una respuesta