La política indígena se asemeja a la electricidad. Es un suministro inevitable y carísimo. Y está habitada por fantasmas que hacen ruido in absentia. Sus usos, según los manuales de física, son apasionantes: alumbra lámparas, genera calor e impulsa motores. Los próceres patrios, en cambio, están tocados por la luz de la inteligencia, creen en lo común y se mueven con la rapidez de las puertas giratorias. Ante la ausencia de un consorcio energético –en esto somos una colonia– la industria básica de nuestros gobernantes es el partido. Es el caso de Noel López Linares (Maracena, 1978), el alcalde metropolitano de Granada designado por el Ungido (Espadas) como inminentísimo secretario de organización del PSOE en la Marisma.
El Bestiarium en El Mundo.
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