• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
carlosmarmol.es

carlosmarmol.es

Periodismo Indie

  • Inicio
  • Biografía
  • Periodismo
    • El Correo de Andalucía
    • Diario de Sevilla
    • El Mundo
    • Crónica Global
    • La Vanguardia
  • Literatura
    • Libros
    • Revistas
  • Filología
    • La retórica del prosaísmo
    • Academia
  • Dirección Editorial
    • Letra Global
    • Revista de Occidente
    • Orpheus
    • Geographica
  • Bitácoras
    • Disidencias
    • Cuadernos del Sur
    • Los Aguafuertes
    • Las Tribunas
    • Crónicas Indígenas
    • La Noria
    • Cuadernos Apátridas
  • Contacto
  • Show Search
Hide Search

Cultura

Los señores feudales de la cultura

carlosmarmol · 5 diciembre, 2024 ·

Es el signo de los tiempos digitales: productos sin materia, leche sin lácteos, queso creado artificialmente, sin necesidad de ordeñar vacas ni de alimentar ovejas, sexo sin contacto, huevos sin gallinas –resolviendo así el viejo dilema de la causalidad–, carne creada con impresoras y (supuestos) periódicos que no saben qué diablos es una noticia. El capitalismo digital, que todavía se encuentra en su prehistoria, aunque nos asombre, ha convertido el viejo sueño de la libertad de creación –en el internet primitivo nadie pensaba en los derechos de autor porque todo se compartía de forma altruista, en una suerte de ágora electrónica– en otro paradigma, distinto, que explica nuestro presente: ya no importa cómo se hagan las cosas, ni tampoco la calidad de las mercancías. Lo trascendente –en términos mercantiles– es que exista alguna clase de transacción, aunque sea del aire que respiramos. No exageramos: los mayores del lugar, disculpen ustedes la tristeza, recordamos cómo en las tiendas de los museos del pasado –donde lo que se exponían eran verdaderas obras de arte, en vez de videos, cartelería y textos aumentados de tamaño para poder articular un relato– se vendían, a modo de souvenir, latas vacías y herméticamente cerradas que contenían eso: aire.

Los Aguafuertes en Crónica Global.

Ténganlo muy claro

carlosmarmol · 21 noviembre, 2024 ·

Admiradísimos niños, estimadas niñas y presuntos niñes. Como ya deberían saber todos ustedes –permítanme, por un instante, que recurra a esta vieja forma (impersonal, pero no por completo) de cortesía que consiste en llamar de usted a las personas a las conocemos pero no sabemos bien quiénes son (lo cierto es no hay nada más difícil en esta vida)– habitamos en un mundo que se encuentra amenazado por el cambio climático, donde el capitalismo financiero, ese señor que no tiene corazón, sino cartera, gobierna nuestras vidas; los políticos, especialmente los de izquierdas, no dejan de subirnos los impuestos –para luchar contra el imperialismo (por decirlo a la manera de Fidel Castro) justo antes de sumarse a él–, todos los empleos se han convertido en basura (eso sí: orgánica) y tener una vivienda en propiedad, ese antiguo anhelo burgués, resulta una misión imposible. Ahora hablamos con máquinas en vez de hacerlo con personas. Preferimos ver las pantallas iluminadas de nuestros móviles en lugar de mirar al cielo.

Los Aguafuertes en Crónica Global.

‘Mondo Cyberpunk’

carlosmarmol · 24 octubre, 2024 ·

Todos, en mayor o en menor medida, vivimos inmersos en un mundo de ficción. Puede tratarse de una fabricación mental, articulada mediante el lenguaje verbal y las creencias culturales heredadas; o de un artificio inducido a través de las pantallas de los móviles, las tablets y los ordenadores. El canal no es baladí –el medio condiciona el mensaje– pero el fenómeno, antes y ahora, es equivalente: quien controla y dirige nuestro pensamiento administra una parte esencial de nuestra vida, por mucho que a veces se crea lo contrario. Internet, que nació como un espacio absoluto de libertad, es ya el principal mercado capitalista del orbe, con independencia de la actividad, también digitalizada, de las bolsas y los foros financieros. Vivimos enganchados a la red, que saquea nuestros datos íntimos a cambio de contenidos y de un océano de información (desordenada) que hemos convertido en el nuevo oráculo de Delfos. En paralelo, la realidad va asemejándose a los negros presagios de las novelas de ciencia-ficción. Así lo parece. Uno de los signos de estos tiempos es que la verdad ahora depende de las opiniones, en lugar de obedecer a la disciplina de hechos. Muchas de estas fantasías, consideradas locuras proféticas y narraciones anticipatorias, son parte de nuestra vida cotidiana.

Los Aguafuertes en Crónica Global.

Elvis Presley, parodia y apocalipsis

carlosmarmol · 13 marzo, 2024 ·

La gran diferencia entre una abstracción y la realidad, como solía repetir Antonio Escohotado, es que la primera es la expresión de un ideal, la enunciación de una voluntad o el anhelo (violento) de un deseo íntimo, mientras que la segunda suele encerrar en su infinito pormenor un infalible desmentido. Más de 1.400 páginas pueden ser absolutamente insuficientes para resumir una existencia (terrestre) de apenas 42 años. Y, sin embargo, todo este caudal de datos y prosa son capaces de redibujar la imagen pública de un mito cultural mejor que las películas –efectistas e interesadas– o los enjuiciamientos morales impulsados por la inquisición woke. Sobre Elvis Presley (1935-1977) se han estrenado en los últimos años varias producciones audiovisuales. La primera, Elvis, dirigida por el cineasta Baz Luhrmann para la plataforma HBO, enfocaba la figura del rey del rock & roll a partir de la relación (tormentosa) con su manager, el Coronel Tom Parker; la segunda, dirigida por Sofía Coppola, es un retrato indirecto a través de su esposa, Priscilla Boaulieu, donde el músico norteamericano aparece como un machista celoso e insensible ante la soledad de una niña-novia de 14 años de edad encerrada en la prisión dorada de Graceland, la mansión de Presley en el caluroso Memphis.

Las Disidencias en The Objective.

Urtasun y la nueva escolástica cultural

carlosmarmol · 15 febrero, 2024 ·

Una de las interpretaciones más retrógradas que existen del concepto de nación es aquella que, a imitación de cualquier umma de creyentes, entiende una comunidad nacional como la reunión de los (presuntos) patriotas que fueron, son y serán. Esto es: los muertos, los vivos y los que (todavía) no han llegado ni siquiera a nacer. Digamos que ésta es la idea de España que profesa el nacionalismo más montaraz, que presume un vínculo sagrado (e indisoluble) entre las sucesivas generaciones que habitan en un territorio o se identifican como parte de una cultura. Asombrosamente, esta misma noción de lo nacional subyace en la mente de los representantes de la izquierda idiota, mayormente agrupada ahora en ese comunismo zen que representa Sumar, el partido de Sor Yolanda del Ferrol y sus pandillas plurinacionales.

Los Aguafuertes en Crónica Global.

  • « Ir a la página anterior
  • Ir a la página 1
  • Ir a la página 2
  • Ir a la página 3
  • Ir a la página 4
  • Ir a la página 5
  • Ir a la página 6
  • Páginas intermedias omitidas …
  • Ir a la página 24
  • Ir a la página siguiente »

carlosmarmol.es

Copyright © 2025

Linkedin | Medium | Academia | Twitter

Soundcloud | Pinterest | Youtube

Ilustraciones: Daniel Rosell