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Heredia, el desahogado

carlosmarmol · 8 mayo, 2017 · 1 comentario

La sinceridad debería ser un mérito en política. Pero, como vivimos en una sociedad esencialmente hipócrita, se valora como un defecto. Claro que una cosa es ser franco y otra, distinta, es convertirse en un perfecto desahogado. Miguel Ángel Heredia, jefe de los socialistas malagueños, encaja a la perfección dentro de este último grupo: no es que diga lo que piensa, que sería lo honesto, es que no piensa demasiado lo que dice. La cosa es peor. Aunque también tiene sus ventajas: probablemente esta circunstancia explique su condición de comisario del peronismo rociero© en el grupo del PSOE en el Congreso.

Los Aguafuertes del lunes en Crónica Global.

El anarquista spenceriano

carlosmarmol · 6 mayo, 2017 · Deja un comentario

Lo dice Santiago, uno de los platicadores de Conversación en la Catedral. “Es lo mejor que le puede ocurrir a un tipo: creer en lo que dice, gustarle lo que hace”. O quizás sea lo peor, según lo que suceda a su alrededor. Como escribió Truman Capote, “cuando Dios le da a uno un don, también le otorga un látigo. Y el látigo es únicamente para poder autoflagelarse”. Dicho de otra forma: no existe el éxito sin esfuerzo. No hay utopía sin decepción. A Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) el Premio Nobel se le ha aparecido con 74 años, en el tramo postrero de su vida. Aunque, al contrario que Cervantes, sin tener el pie en ningún estribo. Nada extraño en el caso de un escritor que acostumbra a creer, sin dogmatismos pero con firmeza, en aquello que declara. Que disfruta, más que con los honores y los galardones, con la esencia de su oficio: el hecho de escribir.

[Leer más…] acerca de El anarquista spenceriano

El tercio de la Reina

carlosmarmol · 6 mayo, 2017 · Deja un comentario

El tsunami susánida, que iba a inundar los campos de la patria y a extender la marisma hasta rebasar la barrera (mental) de Despeñaperros, se ha quedado en una ola con más espuma que agua salada. Es una marea que choca violentamente contra la costa. Pero su impulso no basta para dar por terminada -antes de tiempo- la justa de estas primarias, que no se celebran precisamente entre delicadas damas y valerosos caballeros medievales. Tiene la forma de una victoria amarga porque no se presenta como la señal del cielo que debía convencer a la tribu. Algunos empiezan a preocuparse -en serio- por si al final sobreviene el milagro y el militante Sánchez, desahuciado por los dueños de esta democracia de los intermediarios, termina ganando a los pronósticos, a las portadas de ciertos periódicos y al deseo de los comisionistas. Si ocurre, el PSOE se habrá podemizado sin darse cuenta: las bases socialistas recuperarán para sí un partido secuestrado durante décadas por los hombres de honor.

Las Crónicas Indígenas del sábado en El Mundo.

Zoido ‘reload’

carlosmarmol · 6 mayo, 2017 · Deja un comentario

Michel de Montaigne, el inventor del ensayo moderno, escribió que una familia es como una jaula: los pájaros que están fuera luchan por entrar; los que habitan dentro están desesperados por salir. La única excepción a esta regla son las famiglias políticas, cuyos vínculos no son los genes, sino los intereses primarios. Por eso todos quieren seguir dentro. Sobre todo si, como es el caso del PP de Sevilla, las nóminas públicas a repartir son menos que los aspirantes a tan envidiables canonjías. La escasez siempre ha sido la causa de las cruzadas más terribles. La pugna entre cospedalistas y arenistas -dos variantes de la misma tribu, hijos gemelos del mismo padre- se ha saldado en Sevilla con la victoria de los segundos por 24 votos de oro en una falsas primarias. Algunos han visto el cielo caer sobre sus cabezas, como diría Obélix.

La Noria del miércoles en elmundo.es

Susana ya habla catalán

carlosmarmol · 1 mayo, 2017 · Deja un comentario

La política española, desde la Transición, es una sucesión de infinitas componendas. Algunos lo ven como algo saludable: la vida pública –dicen– exige negociar, pactar, llegar a acuerdos, construir consensos y rezar todo el rosario de lo políticamente correcto. En el sur, donde somos más descreídos, lo denominamos con otro nombre: pastelear. Definición apresurada: dícese de ese proceso milagroso mediante el cual alguien que ha defendido con vehemencia unos principios los tira por la borda y adopta, sin dolo ni espanto, las ideas del que era su adversario. La gran diferencia entre un político converso y otro pastelero es que el primero, igual que Pablo de Tarso, se cae del caballo tras una revelación súbita. Los pasteleros, en cambio, no necesitan de la presencia divina: lo suyo es puro interés. Su transformación es carnal, absolutamente terrenal y, con demasiada frecuencia, fenicia.

Los Aguafuertes del lunes en Crónica Global.

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Ilustraciones: Daniel Rosell