- Dos exdirectivos de la Fundación Atarazanas registraron la entidad en favor de la Primera Vuelta al Mundo con unos estatutos ilegales no avalados por el Pleno del Ayuntamiento.
- Núñez y Crespo, en virtud de estos estatutos particulares, se nombraron socios numerarios, atribuyéndose la gestión económica de la Red, que recibe 144.000 euros de las arcas públicas.
- El gobierno de Espadas decide condicionar su permanencia en la asociación a una “reformulación” de los estatutos que elimine las atribuciones que ejercen Núñez y Crespo.
La Red de Ciudades Magallánicas, asociación constituida por las urbes que forman parte de la ruta de la Primera Vuelta al Mundo, es un fake. Un engaño. Un negocio particular cuyo interés público está desde hace meses en cuestión. El Pleno del Ayuntamiento de Sevilla, principal sostén institucional de esta entidad, discutirá mañana una propuesta de acuerdo del gobierno local merced al cual la capital hispalense, cuna de la gesta magallánica, supedita su permanencia dentro de esta institución a la modificación de sus estatutos, que, según un informe jurídico de la Secretaría Municipal, incurren en una clara contradicción con la ley de asociaciones. Es la salida jurídica que ha encontrado la Alcaldía para poner remedio, casi dos años después, a la estafa consentida por el anterior regidor, Juan Ignacio Zoido (PP), que decidió embarcar a Sevilla en este proyecto promovido a título particular, y con un evidente afán lucrativo, por dos de los expresidentes de la Fundación Atarazanas, José Manuel Núñez de la Fuente y Rafael Crespo, que se nombraron a sí mismos cargos ejecutivos permanentes de una entidad que recibe cada año un mínimo de 144.000 euros de las arcas públicas.
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