A don Ramón le han puesto esta semana una bufanda, que no corbata, atuendo considerado burgués y aristocrático, para celebrar el Día Mundial de Teatro. Don Ramón, esteta gatuno, altivo y desdeñoso, miraba siempre por el pueblo, por lo que elegir para él una bufanda es más acertado que cualquier otro ornamento textil. La bufanda, ya se sabe, tiene más literatura (decadente, mayormente) que la corbata, que tan sólo es un triste colgajo de elegancia reaccionaria. La bufanda, en cambio, tiene mucho de bohemio, como si el tejido fuera una suerte de anacronía laica. Vamos, que lo de la bufanda queda mejor en el caso de un viejo escritor, como es el caso.
Desamor y arroz meloso
El susanato es incompatible con los pobres. No porque nos traiga la prosperidad, sino porque en los momentos celestiales, como es el caso de la investidura (capítulo II), se cierran los parques. Dos días lleva clausurado por orden de la autoridad competente -susánida, por supuesto- el antiguo jardín silvestre del Hospital de la Sangre, convertido tras su reforma en un parquecillo institucional. Los transeúntes que lo llenaban de vida terrestre ya no tienen sitio donde ir.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
¡Agiten sus joyas, señorías!
Los tiempos cambian. El momento estelar de la historia parlamentaria andaluza, si dejamos de lado el célebre pleno de la risa, era -hasta ahora- el que protagonizó Pepe Caballos, líder natural del PSOE sevillano. Tras una intervención en contra del PP se vino arriba y proclamó desde el atril: «Me duelen las manos de repartir». Por decoro, omitimos el objeto directo.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
La mirada de la Hydra
Tenía que ocurrir. Por supuesto, a deshoras, como marca la tradición en los periódicos. Ciudadanos, la fuerza política que preside Albert Rivera, emitió a ultimísima hora del viernes un comunicado de tres párrafos en el que anunciaba, sin dar el más mínimo detalle técnico, que había decidido sentarse a hablar con los embajadores susánidas para dar estabilidad al susanato, en trance de fenecer antes de perpetuarse sin mayoría. Les ahorro los eufemismos. Sólo son formas retóricas para evitar decir la verdad desnuda.
Las Crónicas Indígenas del lunes en El Mundo.
Evocación del poeta Martí
Se recuerda estos días al poeta Martí (José), el lírico cubano en el que unos han visto durante quizás demasiado tiempo tan sólo a una figura política y, por tanto, utilizable en el juego de devaneos en el que se ha convertido el arte de lo posible, que no es sino la lucha por el poder. Nadie se acuerda demasiado de su inmenso perfil como escritor. Un perfil que, como escribió Cernuda, sólo está apoyado en el aire. El motivo de estas conmemoraciones institucionales es el correspondiente aniversario de su muerte: tremendista, triste, descorazonadora para casi todo un continente. En realidad, carece de sentido recordarla: como todos los decesos, no tiene remedio. Cuestión diferente es convertirla en una oportunidad para reivindicar su literatura, desgraciadamente casi secreta.